Noelia es profesora y Anna es enfermera, ambas tenemos una profesión muy feminizada, adentrarnos en un mundo masculino es excitante y arriesgado pues desconocíamos las reglas del juego....

Nos conocimos en el cole de nuestros hijos y pasamos muchas tardes juntas en el parque, hablando de la maternidad pero sobre todo de nuestros sueños. Ambas compartimos unas ganas tremendas de emprender y una visión muy disfrutona de la vida. No es un secreto, que una cata de vinos y un rosado exquisito, nos iluminaron, teníamos que crear una bebida que amasemos e iba a ser "el vermut". Un fin de semana intenso con nuestras mejores amigas nos dio ese empujón que todo emprendedor necesita (¡benditas amigas!). Luego llegaría la parte dura, aprender y emprender. Con un deseo ardiente de dejar nuestra huella, nos aventuramos en el mundo del vermut. Así nació "Bikini Azul", nuestro tributo al sol, la playa y la esencia mediterránea.

Bikini Azul no es solo una bebida.

Es un viaje sensorial por la Costa Blanca. Hemos elegido Moscatel de Alejandría, conocida como la uva reina del Mediterráneo. Para nosotras era imprescindible crear un producto que nos transportara a la casa familiar, con el recuerdo de la mistela de fondo.

¿Qué hacemos?

La uva se procesa sin químicos, para que sea lo más natural posible y añadimos botánicos seleccionados por sus propiedades digestivas y un toque de naranja, característico de nuestra región, para equilibrar la mezcla. Cada sorbo te transportará a una tarde soleada junto al mar.

¿Por qué Bikini azul?

Pues porque nos encanta la canción de Luís Miguel jajaja. El bikini nos traslada al verano, con esas largas tardes rodeados de amigos y familia y millas de aviones, y el azul nos recuerda el mar que tanto queremos y que influye de manera innegable en nuestro carácter mediterráneo.

Una estrella de mar marca nuestras botellas, pues ella simboliza la resiliencia, una habilidad que ha marcado nuestras vidas.

La chica del Bikini azul te acompañará en este viaje sensorial. 

¿Qué distingue un Bikini Azul?

Su dulzor natural, sin necesidad de azúcares añadidos y sus potentes aromas florales y frutales. Se distinguen tantos matices distintos que hay hasta quien encuentra recuerdos de Roscón de Reyes, otros no. Así de caprichoso es el olfato.

Producto local.

Sentimos orgullo al trabajar con pequeños productores locales para evitar la destrucción de empleo en la zona y el abandono de los cultivos.

Muy comprometidos, pues queremos que nuestra región recupere su prosperidad, pagando un precio justo por el trabajo excepcional que hacen.

Cada sorbo os hará sentir el cariño y la dedicación que ponemos en cada botella.

NUESTRO SUEÑO

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